Alzas

Este nuevo año ha comenzado con más malestar que comodidad y todo a causa de la reforma tributaria y todo el desangre monetario que ésta significa para el bolsillo de los colombianos que en verdad lo sufren (porque los que lo aplican se suenan la nariz con billetes de 50 y la dignidad del pueblo).

No soy un experto en el tema económico y político del país, pero si puedo hablar de lo que vivimos como comerciantes ante las alzas que se presentan, todo por la usura de poner el IVA en un 19% a causa de cosas que quizá no veremos jamás. Perdón el pesimismo, pero nuestra clase política actual es la heredera de la clase política que robó en el ayer, son las mismas familias, el mismo negocio, dudo que hagan algo en verdad significativo para el país.

Pero bueno, no me quiero quejar de un gobierno que nunca pierde, porque dejémonos de vainas, más allá de la izquierda, de la derecha, de los de Santos, de los de Uribe, de los que sí, de los que no; el que pierde es el ciudadano común, al que le clavan los impuestos,el que con las uñas y esfuerzo busca la manera de subsistir, al que manipulan y someten. Pero hoy quiero hablar de las multinacionales, distribuidoras, etc., de los cuales somos clientes para surtir el negocio (si, porque aunque muchos no lo crean, a uno le toca comprar para surtir. A uno no le regalan las cosas).

La aplicación del nuevo IVA es flexible en este primer mes según el gobierno y en febrero ya todo quedará gravado con el 19%, pero al parecer varias empresas, por ejemplo, Bavaria, Mondeléz, Nutresa, han implementado este de una buena vez. Lo interesante del asunto es que los vendedores le dicen a mi padre: “Este producto ya viene con el IVA pero usted tranquilo, mantenga los precios del año pasado”. ¿Es una broma? Es decir que nosotros pagamos un producto con un IVA más caro pero debemos perder ese 3% de aumento en el impuesto. Un descaro

Cualquiera podría decir que no seamos bobos, que le subamos, pero en esta sociedad, por lo único que no alegan cuando ésta caro es por licor y cigarrillos (y estos últimos sí que han subido, pero con gusto los pagan). Subirle a productos como por ejemplo, la gaseosa,  implicaría inconformidad en el cliente el cual se iría a donde alguien que haya mantenido el precio, ya que, (dentro de nuestro argot, donde la envidia y los prejuicios son lo que más sacamos a flote), al subirle nosotros, somos unos ladrones, usureros, y demás. Pareciera que el cliente creyera que a nosotros no nos cuestan los productos.

Este particular fenómeno no viene de ahora, se potenció con el alboroto generado a razón de la reforma, pero ya de antes se veían casos donde es la empresa quien maneja la ganancia del cliente y futuro vendedor. Quala es una empresa que nos distribuye productos como el destapa cañerías, Frutiño, el éxito del verano en Europa, Suntea, el gel pa’ machos, Ego, el shampoo que encrespa a Paola Turbay, Savital, la bebida que es mejor que dormir, Vive 100, entre otros. Todos hemos visto las campañas mediáticas que hay con estos productos en radio y TV, sabemos sus precios, pero nosotros que se lo compramos a ellos, sabemos que la ganancia que le dejan a uno es mínima ya que ellos imponen el precio y nos cobran como quieren. Negocio redondo para ellos que no pierden y venden por montones.

Yo tengo una hipótesis. Creo que las empresas someten a sus cliente directos para que sus productos no pierdan impacto ante el cliente indirecto, es decir, aumentan costos, reduciendo nuestra ganancia para así el producto pueda mantener su precio usual ante el público. ¿No sería algo desleal que esto fuera cierto? Sí, pero también es su estrategia para que los que pierdan no sean ellos, que han de estar ahogados en dinero, sino uno, que se mata de domingo a domingo en un negocio esclavizante.

No sé si andar viendo tanta sería conspirativa me tiene paranoico o qué, pero se siente que entre el gobierno, las multinacionales y la competencia algo desleal y sospechosa (D1, Justo y Bueno, etc.), la meta fuera acabar con el comerciante pequeño. Por ejemplo, Bavaria a tomado por costumbre que en diciembre, cerca de las fechas navideñas, «se queda» sin cerveza en lata, que se les agotó. ¿En serio la única cervecería colombiana, la que acapara el mercado, la que no tiene competencia alguna y que ha de vender más que cualquier otra empresa en el país, se le agota uno de sus productos principales? Lo más curioso es ver qué almacenes de cadena y bodegas del centro no dan abasto con bandejas de Poker en lata y a precios bajos, ¿eso no es competencia desleal, no venderle el producto al comerciante pequeño para que las grandes cadenas dominen el mercado? Y eso sin contar con los nuevos impuestos y el alza de los servicios que hacen que uno no quiera seguir en esta labor. Cómo no pensar que lo que quieren es acabarnos

Lo cierto es que la situación está cada vez más que dura. Si bien nosotros entendemos que la economía no le da para tanto a muchos clientes, y que pese a que todo les gusta regalado, también la situación no da para más. Nosotros también somos humanos, ciudadanos y tenemos que comer, que subsistir en una sociedad de consumo que no da tregua. Espero que esté alboroto se calme en algún punto. Lo que si toca es seguir mientras se quiera y se pueda, porque pese a los golpes bajos recibidos, seguimos dependiendo de nosotros mismos.

Hasta pronto.

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